martes, 29 de noviembre de 2011

Regalito


Ya casi estamos en Navidad, unas de las fiestas y vacaciones más esperadas del año....familia, amigos, luces, regalos, adornos... todo lo que uno puede desear. Pero en estas fiestas hay que tener especial cuidado con ciertas cosas como, por ejemplo, el regalo que se elije. Una Barbie, un coche a control remoto, un peluche, un perro, una bicicleta.... ¿podéis encontrar una diferencia entre estos regalos? Espero que todos se hayan dado cuenta del pobre perrito entre todos esos juguetes... porque sí gente: los perros no son juguetes. 



A mi me encantaría que me regalaran un perrito en Navidad (tuve la suerte que hace 12 años me lo regalaron por mi cumple y no podría haber sido más feliz en ese momento, en los 12 años que han pasado y en todos los que pasarán), pero también supone una gran responsabilidad y por eso quiero escribir sobre este tema, para evitar el abandono de cientos de perros en estas o en cualquier otra fecha.

Razones para tener un perro:

- Son adorables y divertidos
- Hacen una gran compañía a personas de cualquier edad, pero especialmente a personas mayores. 
- Enseñan a los niños qué es la responsabilidad y a cuidar a alguien más que a sí mismo.
- Al pasearlos haces mucho ejercicio
- Aunque en un principio no lo parezca llegan a ser una de las cosas más importantes en tu vida y no te podrías imaginar un día sin ellos (yo hecho de menos a mi perrita todos los días).
  
Razones por las que debes pensártelo bien antes de tener un perro:
- Necesitan pasear 3 veces por día sin importar si estas viendo la TV, tengas sueño o trabajo.
- Necesitan como todo el mundo comer y beber por lo que no debes descuidarlos
- Necesitan unos cuidados veterinarios como por ejemplo las vacunas y esto puede llega  a costar bastante más dinero del que pensabas
- Necesitan unos cuidados como los baños y el cepillado (bañar a la mía puede llegar a ser un suplicio porque está constantemente intentando salirse de la bañera, pero el cepillado es la gloria porque se queda acostada panza arriba quieta).

- Necesitan de unos cariños. A todo el mundo le gusta que les quieran y ellos no van a ser menos.... No suelen ser exigentes (la mía un poco sí, pero eso hace que la quiera más), pero no debemos descuidar esto ni tampoco sólo acordarnos de darles cariñitos y luego descuidar todo lo demás.
- Llevar a un perro de vacaciones puede suponer un suplicio para ti y para el perro ya que ha que pagar seguros, vacunar al pobre animal, si es grande tienen que ir en la bodega del avión...

Los niños tienen la capacidad de conseguir lo que quieren con esos ojos de cachorro (nunca mejor dicho) y por esta razón muchos padres les compran los perritos en navidad. Mientras son pequeños con ojos enormes y juegan todo el mundo los quiere pero a medida que empiezan a crecer los niños pueden ir perdiendo interés y en la mayoría de los casos, aunque hayan prometido pesarlo y darle de comer, no se cumple ninguna de las 2 condiciones y nos vemos en la situación de tener que cuidar el perro nosotros mismos y este es lo que hace que después de un rato las personas se harten de su querida mascota y deciden abandonarlo en el bosque, en  la perrera, regalarlo.... el perro sufre y tiene sentimientos y sabe cuándo lo han abandonado. Dejar al perro en casa de alguien por vacaciones es una tortura para los dueños que lo quieren porque solo mirarlo a los ojos y saber que va a estar sin ti 2 semanas te hace llorar.... (mi perrita se ha escapado de 2 de las casas donde la dejamos cuando nos fuimos de vacaciones, una porque no quería estar en el patio sino dentro de casa y el otro porque nos echaba de menos y consiguió llegar hasta nuestra casa). El perro lo pasa mal en esta situación que puede durar 2 semanas, imagínate si ahora lo abandonas en mitad del bosque cómo se sentirá

                        

Comprar un perro para luego abandonarlo, aunque esa no era la intención en un principio, es cruel y multable si llegan a descubrir quién es el dueño por lo que recomiendo pensar y sopesar los pros y los contras de tener un perro en la familia.

En el caso de que decidan añadir este miembro más a la familia doy un serie de recomendaciones:
- Cuidado con el tamaño del perro: no es lo mismo tener un chiuaua que un rottweiler o un mastín en casa. Si tienen un piso pequeño claramente debes elegir un perro de las dimensiones más adecuadas para el nuevo hábitat en el que se va a mover. SI el perro va a derribar una lámpara cada vez que se da la vuelta claramente no has elegido el tamaño adecuado.
- Elige la raza con cuidado: si quieres un perro para que vigile la casa un caniche no es la mejor opción. Yo tengo un Bichon Frisee y para mi es una raza ideal para tener en un piso, es adorable, inteligente y muy cariñoso.  Yo lo compré sabiendo lo que quería: un perro para tener en una casa sin jardín, que fuera pequeño, que soltara la menor cantidad de pelo posible (es el caso de esta raza) y que fuera muy familiar. Cómo ven, la elección de la raza es importante. Hay muchos libros y páginas web donde se describen las características de cada raza, merece la pena echarles un vistazo.

- Es mejor adoptar que comprar: hay muchos perros abandonados que necesitan desesperadamente un dueño o serán sacrificados. Estos perros, a pesar de necesitar algunos cuidados más de lo normal por el trauma que puedan haber sufrido,  suelen ser muy agradecidos y se convierten en compañeros excelentes.
- Procura buscar un poco de tiempo todos los días para ese nuevo amigo tan especial, el te lo agradecerá y tu te notarás cada vez más feliz por compartir esos momentos (no hay nada más adorable que estar acariciando  tu perro y que se te quede mirando a los ojos como si te estuviera dando las gracias).

Bueno, espero que con este post haya convencido a alguien para que se consiga un nuevo amigo, a otros que adopten ese amigo y que los que no tengan tiempo para el perro se lo hayan pensado de nuevo y hayan decidido esperar con la "adquisición"

                                         ¡Disfruten de su mascota, es un amigo para toda la vida!


                                                                  No sean crueles:


PD: este artículo es válido también para gatos o cualquier otra mascota, simplemente escribo sobre perros porque son los que con mayor tendencia son abandonados.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Que antes de rendirnos, fuimos eternos


¿Cuántas veces se jura amor eterno? ¿Y cuántas se cumple? Y es que es muy fácil encontrar pareja, pero muy difícil que sea para siempre. ¿Quién no ha oído alguna vez eso de “terminamos porque ya no era como al principio” o “es que ha cambiado”? Y esto lejos de ser una excusa tiene su fundamento. Según parece toda relación pasa por tres etapas, la etapa de la pasión, la etapa de la desilusión, y la etapa del cariño. Vamos a verlas con un poco más de detalle.

1. La etapa de la pasión o del enamoramiento. Ésta es la fase más bonita de las tres. Al principio todas las relaciones son preciosas, te sumerges en una nube idílica donde todas las anécdotas que te cuenta tu pareja te parecen de lo más interesante, todos los chistes hacen gracia, y cualquier acercamiento se vive con verdadera emoción. En definitiva, el otro se convierte en un ser perfecto a tus ojos. Además, al ser el comienzo de la relación, intentamos por todos los medios agradar y sorprender a la otra persona, nos volvemos más cariñosos, nos arreglamos más y siempre tenemos una sonrisa en los labios. Pero al cabo de unos meses esta fase, por desgracia, llega a su fin.

2. La etapa de la desilusión. Aparece cuando de pronto, un día, te cuesta cancelar esos planes que tenías con tus amigos por ver a tu pareja, los detalles que antes te encantaban pasan a resultarte molestos, si al principio te derretía que te llamara en cuanto salía de casa, en cuanto llegaba, en cuanto pasaban dos horas sin hablaros… ahora te resulta agobiante. Si antes te parecía perfecto la buena forma física en la que estaba y contabas con orgullo a tus amistades todo el tiempo que pasaba en el gimnasio ahora te parece ridículo tanto extremo y te empieza a molestar que prefiera ir a entrenar antes que estar contigo, si antes veías como una muestra de amor el que se pusiera celosa cuando le nombrabas a otras personas ahora te resulta excesivamente controladora y si antes te parecía divertido lo despistado y olvidadizo que podía llegar a ser, ahora te parece algo desquiciante. En definitiva, aquí es cuando conocemos realmente a la otra persona, sin el maquillaje de la primera etapa, y vemos cómo realmente es. Esta fase por mucho que se intente ralentizar, o incluso evitar, acaba llegando siempre, bajamos la guardia al estar ya en una relación y nos mostramos tal y como somos. Según la compatibilidad entre la pareja esta fase puede ser más o menos intensa, y puede determinar el fin de la relación, como ocurre la mayoría de las veces.

3. La etapa del cariño y la consolidación. Si has conseguido superar la fase anterior, enhorabuena, tienes muchas posibilidades de que tu relación sea duradera. Aquí ya se puede decir que conoces al otro, que te ha mostrado y has mostrado tú todas las virtudes y defectos, y que aún así seguís queriendo estar juntos. A pesar que ya no haya tanta pasión como al principio ahora aparece un sentimiento nuevo, que es la confianza y la estabilidad, y con el tiempo se acaba llegando a un punto en el que crees que la relación es para siempre. Y el día en que te das cuenta de eso mirarás hacia atrás y verás como todo lo anterior valió la pena y fue totalmente necesario.

Según mi opinión no se puede saber si estás realmente enamorado hasta que no hayas pasado por las tres etapas, hasta que no hayas conocido realmente a la otra persona; y no se puede decir que una relación es estable hasta que no se haya pasado por la mayor dificultad de todas: aceptar a tu pareja sin querer cambiarle absolutamente nada.

Así que para todos aquellos que estén en la etapa de la desilusión y estén pasando por pequeños altibajos os dejo el estribillo de una canción de Incubus, “Love hurts”, y es que a veces es necesario pasar por malos momentos antes de poder disfrutar los realmente buenos:

“Love hurts,
but sometimes it's a good hurt and it feels like I'm alive.
Love sings,
when it transcends the bad things.
Have a heart and try me, 'cause without love I won't survive.”

viernes, 4 de noviembre de 2011

¿Por qué vegetariano?

No voy a hablar de la crueldad de los mataderos, ni nada por el estilo. Todos hemos oído hablar de eso demasiadas veces, y seguramente en cualquier otra página de internet encuentren más información que la que pueda escribir yo. Solo voy a explicar, por qué lo soy yo.

En mi familia siempre se consideró que era importante que los niños creciéramos con animales, y desde que tengo memoria así ha sido. Los primeros en entrar en la casa, fueron los patos. Pero claro, cuando son pollitos todos jugamos con ellos, pero, ¿qué se puede hacer cuando los patos crecen? Comérselos, por supuesto. ¿Qué importa quién se haya encariñado con ellos? La comida es comida

Si bien a mi padre siempre le han gustado los animales, más le gustan recién salidos del horno. Yo misma siempre me dije, la naturaleza nos hizo omnívoros por algo.

Y fue entonces cuando murió la coneja. Sí, un conejo es un animal del que no se puede esperar demasiado. No es que sea muy listo, ni que pueda expresarse como haría un perro. Pero ese mismo día, recuerdo qué comí conejo justo antes de verla enferma, y de alguna forma me imaginé comiéndomela a ella.


¿Por qué hay animales que nacen con el privilegio de ser nuestros juguetes, y otros solo nuestra comida? ¿Qué diferencia hubiera habido de nacer ella, o cualquier otra de nuestras mascotas en un criadero industrial para carne? ¿Por qué el simple hecho de nacer de una especie o raza, ya es razón justificada para que tengan un final y no otro? el gato que durmió a los pies de nuestra cama, o el perro con el jugamos siendo niños, de ser comida, ¿nos los hubiéramos comido sin importar el cariño que pudiéramos o no tenerles? ¿O el que ellos pudieran tenernos a nosotros?

Decidí entonces que jamás volvería a comer conejo.

Fui entonces a la casa de mi abuela, para ver a la oveja que acaba de quedarse preñada. Y luego nacieron los corderitos. Y los vimos crecer. Y los vimos despellejados y metidos en una bolsa de congelados en la nevera. Una cosa es comprar el chuletón en el Mercadona, y otra es comerte a los animales que has acariciado, que has tenido en tus brazos. Pero ese chuletón fue una vez un animal. Un animal que pudo haber sido mascota de alguien. Mi bisabuela llevaba siempre a su cerdo a la playa a bañarse, y lo paseaba con más cariño del que tuvo por ningún perro. Y luego llegó navidad y Chon Chon se convirtió en asado.

Porque me he pasado casi toda mi infancia en una granja, cualquier trozo de carne envasada es aquel animal con el que jugaba entonces.

No me importa que seamos omnívoros. Que en la naturaleza unos animales se devoren a otros. Porque se supone que nosotros podemos elegir. Y eso hago.